miércoles, 19 de noviembre de 2008

la escuela, sociedad anónima


Trabajo desde hace 30 años en la escuela. Prefiero emplear este término a otros como colegio, C.P, C.E.I.P, o el tan moderno Colegio Bilingüe, que es en el que trabajo actualmente. Guardo en mi memoria no recuerdos, más bien son ráfagas, ecos, imágenes, buenas y no tan buenas.
Cada día llego a casa cansada. Pienso que será la edad. Mi mente es lo suficientemente flexible como para acoger en ella cambios, por muy disparatados que piense a veces que son, pero mi cuerpo se va resistiendo a este trajín diario, al run-run, al ruído, a las voces, aunque sean voces de niños.
Hay un recuerdo que me viene muchas veces a la cabeza y es la sensación de que el tiempo está pasando fuera del aula. Me gustaría muchas veces asomarme a la ventana para contemplar la luz, reflejada en la pared de enfrente, por ejemplo.

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